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En la sutileza de un amanecer entre los árboles antiguos, se despierta el “komorebi”. Esta palabra japonesa, meticulosamente tejida con caracteres que evocan bosques y luz, nos conduce a un reino donde la naturaleza se convierte en poesía visual. Es el delicado baile de los rayos del sol que, entre hojas enigmáticas, pintan patrones efímeros en el suelo. El komorebi no es meramente un fenómeno, sino una ventana hacia la sublime conexión entre la tierra y el firmamento, una danza etérea que nos invita a contemplar la serenidad en el alma de la naturaleza.

El concepto de “komorebi” es una palabra japonesa que describe un fenómeno natural visualmente impresionante; los rayos del sol que se filtran a través de las hojas de los árboles y crean un patrón de luz y sombra en el suelo o en otras superficies. Este efecto es particularmente notorio en un bosque o en un entorno natural densamente arbolado, y captura la magia de la luz solar que juega a través de la naturaleza.

El término “komorebi” se compone de tres caracteres kanji en japonés: (ko), que significa “árbol”; (moreru), que significa “filtrar” o “derramarse”; y (bi), que significa “sol”. Juntos, estos caracteres transmiten la idea de la luz del sol que se filtra a través de los árboles. En la cultura japonesa, el komorebi se considera un fenómeno poético y es una fuente de inspiración para la literatura, el arte y la filosofía. Puede simbolizar la armonía entre el hombre y la naturaleza, así como la efímera belleza de la vida.