Estatus: Construida

Construcción: Rafael Barrón

Carpinterías: AMS Studio

Paisaje: Gabriel Guizar

Zempoala, Hidalgo, es una tierra marcada por la historia. En el siglo XVI, los españoles llegaron atraídos por su ubicación estratégica y sus fértiles tierras. El lugar, a las faldas de las montañas, se convirtió en un punto crucial para la expansión de las rutas comerciales y agrícolas. Los ecos de este pasado se reflejan en las estructuras que aún permanecen en pie, como el imponente acueducto que, con sus arcos monumentales, ha dejado una huella indeleble en el paisaje. Esta casa, en su esencia, busca rendir homenaje a esa historia, reinterpretando los elementos que la definen y tejiendo un diálogo entre el pasado y el presente.

La respuesta arquitectónica a las condiciones físicas del lugar fue cuidadosamente estudiada. La casa está orientada al sur, maximizando la entrada de luz natural durante todo el día y optimizando su desempeño térmico. Los dos patios, conectados por una sala central, permiten una ventilación cruzada que asegura confort en todo momento, mientras que la posición estratégica de la casa mitiga el impacto de los vientos predominantes de la región. Los arcos, inspirados en el histórico acueducto, han sido reimaginados para integrarse en el diseño sin perder su carga simbólica, estableciendo una conexión visual entre la historia y la funcionalidad contemporánea.

En cuanto a los materiales, se realizó una investigación exhaustiva para seleccionar aquellos que no solo respondieran a las necesidades estéticas y climáticas del lugar, sino que también respetaran su esencia. Las tonalidades y texturas locales han sido recuperadas y reinterpretadas en acabados sencillos, pero con un sentido profundo de pertenencia al sitio. La volumetría de la casa es sencilla pero contundente, un diseño contemporáneo que dialoga con su entorno sin imponerse, respetando el contexto y reinterpretando elementos como el rodapié de las construcciones tradicionales. Este enfoque crea una vivienda que, aunque moderna en su forma, mantiene un respeto inherente por el lugar que ocupa.